Reinventarse para trabajar en contexto de pandemia
El coronavirus aceleró la velocidad de los cambios: en poco tiempo, la transformación digital y la búsqueda de estructuras ágiles saltaron varios casilleros hacia adelante. Esto obligó a las organizaciones a reestructurarse e impuso un nuevo set de competencias laborales que empiezan a valorar y a exigir.
Exhaustas por la prolongada recesión, las empresas están moviendo las piezas en los organigramas de trabajo, tratando de gestionar en forma simultánea la productividad y el nivel de bienestar, lo que a su vez redefine el perfil de empleabilidad.
Consultados sobre el fenómeno, los especialistas definen el nuevo set de competencias duras y blandas.
Entre las habilidades duras, estas son las más valoradas:
Competencias digitales. Pensar de manera digital. Desaprender los viejos modelos de negocios y repensarlos “en función de cómo se consume y cómo se vende en los mercados virtuales”.
Teletrabajo en equipo. Quienes hicieron home working aprendieron a trabajar a distancia. Ahora, el desafío es trabajar en forma remota en equipo. “Es una revolución que puede llevar puestos no sólo a las personas, sino también a organizaciones y a empresas”.
En el territorio de las habilidades blandas, en tanto, estas son las más cotizadas:
Adaptabilidad. Demostrar que trabaja en forma eficiente bajo cambios en las reglas de mercado, tal como hacer prospectos en forma virtual o trabajar desde el hogar. Esto incluye la flexibilidad intelectual, que es la capacidad de modificar la estructura psicológica de manera rápida y ágil al nuevo contexto.
Autoliderazgo. Es parte de lo que demandan las metodologías ágiles, que plantean una ruptura con las organizaciones tradicionales de mando y proponen estructuras horizontales, las que necesitan de personas autónomas y flexibles.
Curiosidad. “La pandemia abrió una oportunidad para los curiosos”, asegura Bodenbender, porque pueden ubicarse un paso adelante de lo que se viene y encontrar la mejor forma de apropiarse de lo nuevo.
Rediseño. Ser capaz de rediseñar lo que uno hace es clave. Animarse a repensar, reprogramar e implementar, acelera el cambio. Esperar a que las áreas internas hagan sus procesos demora una posible solución.
Liderazgo en teletrabajo. El teletrabajo requiere de personas que lideren equipos a distancia. Según Jure, esto es algo más que organizar “uno a uno” a cada colaborador en su hogar. Se trata de sostener el trabajo en equipo en un entorno virtual.
Apertura a la gestión colaborativa. El coronavirus exige el cuidado propio y del otro. El uso del barbijo, el distanciamiento y la sanitización son tareas de toda la organización. Los líderes deben abrirse a una gestión colaborativa en 360 grados, ya que empleador y empleado están en un mismo nivel de compromiso.
Propósito. El sensemaking es entendido como la habilidad para conectar puntos de la realidad y dar sentido al mundo. En un contexto tan inestable, es muy valorada la persona capaz de mantener “los pies sobre la tierra” y darse cuenta de los datos sensibles para una organización.
Habilidad de fracasar. Sostener una idea, caer, levantarse y emprender algo nuevo. El que aprendió a fracasar sabe que el emprendedor no tiene el éxito garantizado y tiene la resiliencia suficiente para salir adelante.
Fuente: www.lavoz.com.ar
https://www.lavoz.com.ar/negocios/reconversion-un-nuevo-set-de-competencias-laborales